Sunday, January 4, 2009

Indiscutiblemente es el sistema!

De verdad, gracias Alfred Kaltschmitt por darme respuesta a la interrogante que me hacia y por ello quiero colocar sus notas en mi blog el cual estoy totalmente de acuerdo para compartir su opinion con la poblacion chapina.


"Cuando Juan Chapín termina de tomarse una lata de gaseosa, la tira al suelo, como la cosa más normal del mundo. Lo mismo con el envoltorio de dulces o el paquete vacío de cigarrillos.

Y si Juan Chapín está conduciendo y el semáforo está en rojo. ¿Por qué esperar como todos los demás “babosos”, si tiene prisa...?Acelera y se lo pasa en rojo, sin el menor remordimiento. Si Juan Chapín anda deambulando por algún lugar público y le entran ganas de echarse una su orinadita, no hay problema. Cualquier pared o poste tiene cara de discreción.

Y si Juan Chapín tiene que hacer cola, pero puede “colarse”, adelantarse un par de puestos en forma disimulada, lo hace en menos de lo que “canta un gallo”, sintiéndose tan orgulloso como el antivalor que señala su cultura.

Hoy, Juan Chapín llegó al aeropuerto a dejar a su afortunado primo. (El que tiene visa y puede irse en avión a California). De repente le entraron ganas de ir al baño a hacer cosas mayores. Al terminar no duda un momento y se lleva medio rollo de papel higiénico entre la mochila.

Es que hay muchos Juan Chapín decentes y ordenados, pero también un montón que están convencidos de que un ex presidente “que se echó” a dos es muy macho, y que devolver algo perdido es ser un verdadero baboso.

Es parte de la cultura que nos ha transmitido una cultura “antisistema”, porque los que hemos tenido son opresivos, corruptos e ineficientes.

Pero resulta que Juan Chapín pudo por fin llegar a los Estados Unidos, y a los pocos días de instalado no tira la basura al suelo.

Ni se mea en las calles. Ni se roba el papel, ni el paquete, ni se adelanta en la cola.

Mucho menos se pasa un crucero a pie cuando el semáforo le indica que todavía no es tiempo.

¿Qué le pasó a Juan Chapín? De shuco y desordenado se convirtió en el prototipo del ciudadano consciente y respetuoso.

Cuando le pregunto al sociólogo la razón de este extraño comportamiento: “desordenado en Guatemala, ciudadano ejemplar en Los Ángeles”, me contesta que el sistema en esos países SÍ funciona.

El poder coercitivo de la ley es rapidísimo para meterle la multa al Chapín, y no ha terminado de cerrarse la bragueta después de orinar en la calle cuando ya está en la estación pagando la multa.

En los países desarrollados el sistema funciona, y su poder de coerción encaja a todos a un patrón de seguimiento, haciendo que éste funcione y, por ende, la ciudadanía vive en orden.

El robo se persigue, el maleante es apresado, el presidente “abrazapracticantes” es señalado.

El funcionario público inservible es removido por revocatoria, como el gobernador de California en el 2000. El funcionario corrupto es apresado por la FBI, como el alcalde de Chicago. En otras palabras, aun cuando el sistema no es perfecto y tiene limitaciones y errores, en términos generales hay seguimiento y el orden impera.

No es educación ni cultura el asunto, pues, es sistema. Cuando el sistema funciona, la ley funciona, y las reglas de convivencia se respetan.

Tirar la basura en la calle o robarse los saleros del restaurante es cultural mientras el sistema no funciona. Por eso estamos como estamos en esta tierra.

Ergo: Los chapines somos más bagres entre peor funciona el sistema."

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