Tuesday, November 4, 2008

La mujer oriental se sorprendió al escuchar Guatemala.

Inmigrantes Chinos

Un amigo me mando un correo acerca de este interesante tema para debatir, espero que todos los lectores podamos contribuir dejando su punto de vista y podamos dialogar.

La presencia de asiáticos (a quienes nosotros llamamos indistintamente chinos) en nuestro país no es cosa nueva. En algún tiempo llegaron unos cuantos huyendo de las condiciones de vida, las guerras y las limitaciones, como ocurre siempre con los inmigrantes en todo el mundo, y se repartieron en los poblados del interior donde los comerciantes no tenían copado el negocio de los géneros o donde hacía falta un almacén que cerrara más tarde y abriera los días de guardar, o inauguraban restaurantes para los viajeros hambrientos o vecinos que deseaban cambiar de costumbre una que otra noche, y en lugar de frijoles y huevos preferían cenar un condimentado chao mein con pan de rodaja y corbata con miel. En una sociedad tan clasista y organizada en etnias clasificadas y distribuidas en regiones, los chinos aprendieron a convivir apartados, dedicados a lo suyo, y les valió la pena porque Guatemala resultó ser un país pacífico y tierra propicia para superarse. Salvo los casos terribles de quienes perdieron en el juego todo lo ganado, incluyendo a la mujer, lo común fue que dichos inmigrantes gradualmente se enriquecieran y compraran fincas e invirtieran en propiedades. Pusieron a sus hijos en los mejores colegios privados y a base de poder se ganaron el respeto y aceptación.

Lo impresionante es observar como en la actualidad continúa el ingreso al país de orientales, particularmente coreanos, cuando el deterioro social es evidente y la falta de oportunidad conduce a miles de guatemaltecos a emigrar diariamente hacia el norte, pagando sumas escandalosas a los coyotes. Los nuestros tienen que dejar a su familia para poder ganar mejor, mientras los orientales siguen viniendo y aquí se hacen ricos, abren maquilas y centros comerciales donde se venden sus productos, barrios enteros cambian de apariencia, compran casas y tapizan las calles con su publicidad en un idioma que a nosotros nos sabe a garabatos, y se agrupan en ghettos. Ya no vienen huyendo de dificultades, sino quieren hacerse ricos.

En Nueva York, una inmigrante guatemalteca estaba compartiendo con una mujer coreana sobre las dificultades sufridas para trasladarse a dicha ciudad. Mientras compartían anécdotas, la mujer oriental se sorprendió al escuchar la mención de Guatemala. ¿Pero cómo, preguntó impresionada, es que usted viene de Guatemala? Así es, confirmó nuestra compatriota ingenua. Para la inmigrante coreana Guatemala era el paraíso de la oportunidad, uno de los destinos más deseados por los suyos. Yo no pude y tuve que conformarme viniendo acá. ¿Y usted dejó el paraíso para venir a luchar a esta ciudad tan grande, donde hoy día todo es tan difícil? Me cuenta la chapina que esa noche no pudo dormir. Por alguna razón inexplicable nuestro país es pródigo para quienes ya saben hacer algo e imposible para los ignorantes, quienes nacen y viven indefensos porque el Estado no cumplió con su función educativa.

1 comment:

willycamps said...

En mi opinion quiero decir que nosotros los latinoamericanos tenemos una fuerte debilidad muy enraizada el cual se llama DICIPLINA.

A parte que claro tiene que ver en el entorno el cual uno se envuelve por ejemplo: a cuantos de ustedes lo han invitado a una actividad a cierta hora y los invitados llegan a otra hora mas de lo prevista? 5 - 10 minutos de retraso esta bien, pero media hora o hasta una hora es falta de respeto.

Que opinas tu?